El cambio climático, es el problema ambiental más importante al que se ha enfrentado el ser humano, el aumento de las prácticas consumistas de la sociedad actual y el desarrollo industrial han llevado a que se generen altas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), contribuyendo al calentamiento global del Planeta.
En IPCC1 (2007) concluyó que las pruebas del cambio climático son inequívocas. Recientemente se ha publicado el sexto informe IPCC y aun tenemos más evidencias científicas y mediciones contrastadas. Se considera que el mundo va a registrar un aumento medio de la temperatura de aproximadamente 3°C.
El IPCC pronostica que el cambio climático tendrá un impacto potencial enorme, ya que se prevé falta de agua potable, grandes cambios en las condiciones para la producción de alimentos y un aumento en los índices de mortalidad debido a las inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor. En definitiva, el cambio climático no es un fenómeno sólo ambiental sino de profundas consecuencias económicas y sociales.
La compresión de una actitud responsable involucra comprender sobre nuestras acciones en un plano de normativas formales e informales. Si bien no existe una ley formal que exija la reducción de emisiones de GEI, existe un consenso global sobre la necesidad de tomar acciones concretas para mitigarlos y reducirlos.
Iniciativas comerciales de los países desarrollados han aumentado la visibilidad del cambio climático en la agenda del comercio internacional y apuntan a generar restricciones basadas en los procesos de producción y el contenido de carbono, en este contexto, la huella de carbono se transforma en un indicador reconocido internacionalmente para intervenir en los procesos de toma de decisiones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero especialmente entre países que suscribieron el Protocolo de Kioto.
La huella de carbono: una buena herramienta
La herramienta a utilizar para obtener una información útil es la Huella de Carbono. Se trata de un indicador que cuantifica las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Estas emisiones pueden ser producidas por las acciones humanas, pero tiene mayor peso las causadas por actividades industriales. Es decir, las acciones para elaborar productos y servicios. La información obtenida nos da las cantidades de contaminación generada a lo largo de toda su vida útil. La unidad para expresar la contaminación generada es la tonelada de dióxido de carbono equivalente.
Se han desarrollado distintas metodologías de cálculo de la Huella de Carbono. Estas han tomado fuerza en varios países, como por ejemplo, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, etc… Tienen el objetivo de mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunas de las metodologías más conocidas son: Greenhouse Gas Protocol (GHG Protocol), PAS 2050, o Bilan Carbone.
Conocer la huella de carbono nos permite identificar las posibles vías a seguir para reducir o aminorar las emisiones.